Tienes que decirlo...

Invitado

Navega dentro de un oceano,
con olas arrebatadas e histéricas,
remoja su cabeza sobre una fuente enclavada en una estaca,
con temor a que el vaiven del barco..
se ha participe de un accidente inevitable,
no hay claridad en el cielo,
una niebla asemeja a un día de invierno en plena primavera,
¿que pasara con el navegante de aguas profundas,
al no tener cercano consigo la conciencia?.
y menos la razon q salio huyendo de èl..
despavorida cuando vio ocultarse detras del corazón al amor,
¿sintió acaso la necesidad de escapar por no enfrentar los sentimiento?,
nunca fue bueno con las letras,
su fuerza tosca le vislumbro el camino delante,
su fuerza inherte ahora yace ante sus pies,
no hay por quien ejercerla afirma constantemente,
¡oh navegante de aguas profundas que divagas entre tus recuerdos!,
¿añoras encontrarla, donde yace el amor que profesabas por ella?,
¿donde estan las mañanas alegres entre sonrisa y mirada?
¿porque ahora ausente esta la felicidad?
remoja pues bien tu cabeza en agua fria,
¿quizas hacia el norte dirijas el timon,
encontrandote con la helida temperatura ambiental?.
ojala tu corazon resista la frialdad de tus emociones ahora,
navegante no cierres los ojos,
no mires atras ni adelante,
solo despierta del letardo sueño,
al que te has sumado profundo y sin reloj.
Y una ola arranco de sus manos el timon,
otra ola saboteo sus planes suicidas,
la estaca fallo y cayo a mar abierto,
mojose los cabellos en el suelo de proa,
de rodillas grita y llora en silencio,
puño apretado y dientes forzados,
a rasgar el llanto profundo de la soledad.
Navegante dirije tu mirada al horizonte,
busca aquella luz que perdiste por el camino,
no ciegues ante la bella ilusión de una aurora boreal,
no resistas ante la sensacion de llorar,
navegante llora es necesario evacuar los remordimientos,
el dolor dentro solo arraña la pared que plantaste sobre ti mismo,
navengate dirige tus pies hacia el horizonte,
acomete milagros aunque se dirigan hacia ti las miradas,
navegante proclama la veracidad de tu sentimiento,
no huyas navegante,
que tu corazón rasgó la certidumbre del querer y hacer,
navegante aislaste tu mismo las oportunidades,
¡ahora decide!, pon en marcha las pocas fuerzas que te quedan,
de las cuales mesquisnas por temor a perder nuevamente,
navegante hecha tu ultimo alárido e intenta.
intenta sosegar esa ola, atrevete a enfrentarte al mar.
gritale he aqui yo que navege por tus aguas,
¿aquien saludabas cuando en ti la mirada fijaba?,
he aqui quien canto tus noches a solas,
he aqui quien pensó en ti siempre
pese a tener tú otros por tu hidrografia,
he aqui delante el que añora cada vez volver a ti cuando pisa tierra
en busca de la paz y complicidad mutua,
navegante gritale que le quieres, que le necesitas,
hecha tu ultimo alárido aunque sea el mas tenue y bajo,
el mar te oira solo espera volver a oirte,
sus aguas acallan ahora,
una tranquilidad invade al rededor de la flota,
el barco se planta en una soledad casi fantasmal,
ni un sonido ni un eco,
ni viento alguno que flamee las velas,
navegante mira al mar pacible ahora,
¿impetuoso esperara éste algo?
y mientras amanece en el horizonte,
el sol se refleja en las pupilas dilatadas del hombre que yace en el suelo,
frente al mar...
Su rostro solo muestra una clarida sonrisa,
mientras la lividez se adueña de su cuerpo inherte.
EXPRESAR UNA PALABRA CON UNA SONRISA O MIRADA,
ES SUFICIENTE Y BASTA,
PARA CALMAR LA NECESIDAD DE AMAR Y SER AMADOS.